Te acuerdas, hace tiempo (bueno, al principio del mes), ¿cuando hablamos de no sentirse lo “suficiente bueno” para ser un líder? Un sentimiento muy válido que todos hemos experimentado. Sin embargo, al concluir la discusión de este mes sobre el liderazgo, esperamos que al menos hayamos eliminado algunas capas de estigma que rodean la idea de estar en una posición de liderazgo.

Maryann Bruce, sobreviviente de siete desastres, incluyendo el aterrizaje del avión en el río Hudson, amplió nuestra discusión este mes al darnos ocho características que todo líder debe dominar. Con cada desastre que sobrevivió, la definición de Maryann de lo que parecía ser el éxito y el liderazgo cambió. Su pasión por elevar a las personas al liderazgo nació de ser una líder mujer rodeada de colegas masculinos en la sala de juntas. Las mujeres en posiciones de liderazgo es algo que se está convirtiendo cada vez más en una norma, pero aún hay espacio para el crecimiento, y Maryann se dedica a equipar con confianza que necesita a cualquier mujer que esté considerando el liderazgo para dar ese paso aterrador.

Diane miró hacia atrás en su carrera como una líder mujer y compartió su lista de características y prácticas que no solo hacen a alguien un buen líder, sino un líder que la gente en realidad quiere seguir. Convertirse en un líder es solo el comienzo de su cambio de carrera. El liderazgo es una oportunidad de dejar atrás un legado, y depende de ti establecer el tono para ese legado. La visión de Diane nos dio muchos pasos que invitan a la reflexión a cualquiera que sea líder (nuevo o veterano) debería considerar tomar para asegurarse de que sus equipos estén siendo guiados de la mejor manera.

El liderazgo es una tarea desalentadora. No se puede negar eso. Como líder, dejas de ser el único responsable de tu carrera y adoptas las jornadas de todos los que lideras. ¡Que miedo! Pero también, qué privilegio. ¡Poder tomar parte en la realización del plan de Dios para la vida de alguien es simplemente increíble!

“Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros.” – Proverbios 11:14

Los líderes no están destinados a ser dictadores. ¿Darán órdenes y quehaceres? Por supuesto. Pero los líderes, buenos líderes, son escultores. En lugar de seguir adelante con solo su futuro en mente, los líderes que realmente valoran a quienes lideran tomarán el tiempo para identificar puntos fuertes en sus colegas y empoderarlos para moldear sus talentos.

Imagínese un mundo sin líderes que se interesen genuinamente, no solo en el rendimiento laboral de sus equipos, sino también en sus vidas y quiénes son como individuos. No habría crecimiento ni deseo que las industrias avancen. Para tener éxito como sociedad, necesitamos líderes que vean sus posiciones, sin importar cuán grandes o pequeños sean, como una oportunidad para servir. El liderazgo puede ser prestigioso, pero ese prestigio no debe convertirse en el enfoque. Como líder, su enfoque debe estar en la construcción de su equipo, su empresa y su legado.

El liderazgo viene en diferentes formas: jefe, gerente, CEO, CFO, mentor, patrocinador, maestro, padre, amigo. No importa cuál sea tu título, tu misión es la misma. Usa tu posición para desarrollar, no suprimir, a los que lideras y ser una luz positiva y orientadora en sus caminos ordenados por Dios.

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