El Por Qué la Oración no es un ‘Arreglo Rápido’
Un grande logro en tu caminar como un Cristiano es cuando puedes decir que genuinamente sientes que tu vida de oración te da vida. Tristemente, muchos de nosotros dejamos que la oración tome el asiento de atrás en nuestras rutinas diarias hasta que algo pasa o necesitamos algo. Kathryn Kilner, coordinadora de alcance comunitario para 4word: San Francisco, se ha enfocado en crecer y nutrir a su vida de oración y ofrece consejos de cómo darle prioridad a la oración.
¿Como se ha visto la oración para ti a través de los años?
Acepte a Cristo en mi vida de niña porque parecía ser lo correcto para hacer. A través de los años, he aprendido más sobre lo que significa el seguir a Jesús y el papel que toma la oración en caminar con Dios. Una de mis memorias más tempranas de aprender sobre el poder de la oración sucedió en los camerinos en un recital de baile. Me sentí nerviosa justo antes de subir al escenario por primera vez y empecé a decir Salmos 23. Mi nerviosismo se convirtió en una paz quieta, y reuní el valor de subir al escenario.
Mis padres me enseñaron el hábito de la oración y compartieron conmigo con su práctica de buscar a Dios para el discernimiento. Dimos gracias antes de la cena, hasta en los restaurantes, y oramos juntos a la hora de dormir durante mi niñez. Cuando estaba acabando la primaria, mis padres me invitaron a el proceso de discernir la voluntad de Dios sobre donde continuaría mi educación: en una de las escuelas privadas cristianas locales, o en la escuela pública en nuestra nueva comunidad. Mis amigas de mi escuela primaria cristiana privada no entendían porque Dios pudiera querer algo más de que yo fuera a la secundaria privada cristiana con ellas, pero me arrodillé con mis padres en oración y le pedí a Dios si la escuela privada o pública estaba en mi futuro. Juntos hicimos la decisión de que iría a la escuela pública.
En la secundaria, mi fe se convertir mía aparte de mis padres, pero mis oraciones estaban enfocadas mayormente acerca de cosas que quería. ‘Señor ayúdame a hacer bien en este examen’, o ‘Ayúdame a ser una buena amiga a Sally.’ Cuando reflejó en mi vida de oración, diría que las peticiones—y algunas confesiones—eran los temas centrales de mis oraciones, cuando me acordaba de hacerlo, lo cual varía sobre los años, excepto cuando realmente quería algo y no estaba segura si lo obtendría.
¿Qué fue lo que te dirigió a querer hacer más profundo el papel de la oración en tu vida?
Alcancé un punto hace unos años donde me di cuenta que realmente no podía vivir de mis propias fuerzas. E tenido problemas de salud después de un accidente automovilístico que a veces hacen una batalla de levantarme. El dolor y otros síntomas desafiantes hacen el hacer cosas que solía hacer fácilmente mucho más difícil. A veces solamente oró por la fuerza de poder salir de un día. El reconocer lo que no puedo hacer en mis propias fuerzas ha sido o llave para empezar a transformar a través de mi recuperación.
Hace aproximadamente un año, mi estudio bíblico decidió colectivamente el leer el libro de Tim Keller sobre la oración y profundamente cambio mi vida. Había sabido que mis oraciones deberían de extenderse más allá de pedir cosas, pero no entendía totalmente como las oraciones que se enfocan en adorar a Dios, agradecerle, o confesar los pescados podrían hacer camino para que Dios transformara mi corazón. Al enfocarme en cada una de las oraciones diferentes desde la adoración a el agradecimiento al confesar y hasta la petición, Keller explica el papel que juegan las diferentes formas de orar en el construir una relación con Dios y por qué importan. También provee ejercicios prácticos para usar para practicarlos. Fue la estructura que necesitaba para transformar mi vida de oración.
También fue durante este tiempo que tuve una experiencia que se sintió como una respuesta completa a la oración, lo cual me animó a profundizar mi vida de oración más. Estaba llena de temor y ansiedad mientras me preparaba para una reunión estresante—como niveles de estrés de hiperventilaciones. Había mucho a riesgo personalmente para mí en esta reunión, entonces le pedí a unas cuantas docenas de amigos y familiares que oraran por mí. En mi camino a la reunión, mi temor se derritió. Una de las otras personas en la reunión describió mi ánimo como boyante. Eso es un milagro. Me convenció de que hay poder en la oración y que necesitaba invertir más un cultivar mi relación con Dios por medio de la oración.
¿Por qué piensas que los cristianos a veces batallan con orar “bien”?
Es fácil pensar que podemos hacer las cosas solos y en cambio olvidarnos de orar. El mismo acto de orar requiere de reconocer que no queremos vivir nuestras vidas solos. En el corazón de la oración hay una relación con Dios y así como cualquier otra relación, requiere del nutrimiento y compromiso. El orar, solamente, requiere de tiempo y esfuerzo.
Cuando las cosas están sucediendo bien en nuestras vidas, es fácil el olvidar de orar si no tenemos hábitos en lugar que nos animen a mantener nuestro compromiso a nuestra relación con Dios. Cuando las cosas no están sucediendo bien y hemos agotado todas las otras opciones, venimos gateando de regreso a Dios para que nos rescate. El cultivar una práctica diaria de oración ha sido fundamental para que yo aprenda más sobre cómo orar y depender más de Dios cuando las cosas van bien y cuando no lo están.
La bendición de la mañana es la quietud que invita la contemplación y provee el espacio para escuchar la voz de Dios, pero quiere que seamos intencionales. Solía siempre empezar mi día por alcanzar mi teléfono para apagar mi alarma y después inmediatamente era succionada a las demandas de mi día y las distracciones de la vidas de los demás que eran desplegadas en los medios sociales. Hice la decisión consciente de usar un reloj anticuado para mi alarma (¡en actualidad es de súper alta tecnología y se enciende de manera para hacer mímica del amanecer y de pájaros cantando!) y después empiezo mi día con la oración. Es mi propia forma de darle mi día a Dios y reorganizar mis prioridades para honrarlo a él. Se a convertido en algo que no puedo negociar en la mañana, pero también reconozco que mis prácticas de oración podrán cambiar con el paso del tiempo. Así cómo necesitamos traer novedades a las relaciones humanas, necesitamos traer prácticas frescas a nuestras vidas de oración para continuar cultivando nuestra relación con Dios y eso también es la llave para orar bien.
¿Como has podido crecer tu vida de oración con los demás?
Después de leer el libro de Tim Keller, me di cuenta de que necesitaba practicar más y necesitamos contabilidad de ello. Alrededor de ese tiempo, uno de mis amigos me mencionó que Dios había puesto en su corazón orar por su búsqueda de trabajo expectantemente por dos meses. Una idea fue puesta en mi corazón de invitar a un grupo pequeño de amigos a un compromiso de dos meses a la oración donde cada uno de nosotros pusiéramos por delante una petición para que orara el grupo durante ese tiempo y usaríamos ejercicios encontrados en el libro de Keller para practicar el orar los unos por los otros. Destile el libro de Keller en nueve prácticas de oración, para que pudiéramos enfocarnos en uno cada semana.
Seis amigos de diferentes partes de mi vida se comprometieron a esta temporada de oración, formando lo que con amor llamo mi club de oración. Lo empezamos con una reunión en persona para que todos pudieran conocerse y después nos registramos semanalmente por medio de un documento compartido de Google que incluía el ejercicio de oración para la semana y un lugar para que cada persona compartiera una reflexión. No nos reunimos de nuevo hasta el final de los dos meses, pero también compartimos actualizaciones por medio de un grupo de WhatsApp.
El tener un grupo de contabilidad fue crucial para crear nuevos hábitos y comprometerme a mi propia jornada de oración. También fue increíblemente poderoso el tener el apoyo de estos amigos en momentos que fueron inesperadamente difíciles y el poder apoyarlos en sus jornadas de oración y sus vidas. Cuando una persona batallaba, otra persona podría venir con ánimos. Habíamos reído juntos, llorado juntos, celebrado juntos y orado juntos. Ha sido un bello vislumbrar del cielo sobre la tierra y me enseñó mucho sobre la comunidad y las relaciones en adición a la oración.
¿Deberíamos orar con expectación? ¿O más abiertamente?
En mis experiencias con la oración, lo más específicamente que pedí por algo, lo más claro es ver a Dios trabajar en mi vida. Empecé a tener una libreta de oración y cada mañana escribo mi oración a Dios y escuchó por su guía. Después en la tarde, leo atrás a mi oración de la mañana y subrayó las oraciones que creo fueron respondidas ese día. A veces requiere más de un día para que una oración sea respondida, entonces una vez al mes o trimestre leo atrás por mi libreta de oración y anotó las oraciones que siento que fueron respondidas. Esta práctica me anima a orar con más expectativa. También me ayuda a enfocarme en el momento presente. Ya que algunos de mis oraciones tomen toda una vida para ser respondidas, también tomó un momento cada mañana para enfocarme en el día al frente de mí y orar sobre el—mi propia versión del pan de cada día que Jesús nos dio instrucción de orar en le oración del Señor.
En donde hay valor de mantener nuestras oraciones más abiertas es de mantener abierto el espacio para la instrucción y guía de Dios. El Westminster Shorter Catechism define la oración como una ofrenda de nuestros deseos a Dios, para las cosas que son de acuerdo con su voluntad, en el nombre de Cristo, con la confesión de nuestros pecados, y reconocimiento agradecido de sus misericordias. Si oramos para que las cosas sucedan conforme a la voluntad de Dios, no pudimos ir mal. También construye nuestra confianza en Él y crea el espacio para que Él trabaje en nuestras vidas por nuestro bien, más allá de nuestro entendimiento de lo que pueda ser. Otra práctica que he encontrado de ayuda es reflexionar sobre lo que quiero en luz de todo lo que sabemos de las escrituras sobre cosas que deleitan y afligen a Dios, cómo trabaja la salvación, y lo que Dios quiere para el mundo. Eso me ayuda a alinear lo que yo quiero con lo que Dios quiere, lo cual siempre es un lugar bueno para estar. Entonces concluyó mis oraciones con ‘En el nombre de Jesús’ en orden para reconocer el papel que Jesús tiene en interceder por nosotros.
¿Algo más que quisieras compartir?
El cultivar una práctica de oración es andante, y una jornada profundamente personal con Dios. Permanece un gran misterio para mí que Dios es simultáneamente infinito y personal así como Paul Miller escribe en su libro A Praying Life. Es completamente santo más sin embargo quiere una relación con cada uno de nosotros. No tengo idea exactamente cómo se ve eso para ti, pero si te animaría a que reflejes en tu propia práctica de oración y pienses sobre lo que un hábito que puedas construir para reforzar tu vida de oración, ya sea el encontrar un tiempo consistente del día para orar o empezar una libreta de oración o leer un libro acerca de la oración o algo completamente diferente. Estoy convencida de que hay poder en la oración y te invito a que explores eso con Dios.
Kathryn Kilner es una comercializadora de tecnología con una pasión de crear experiencias iniciativas y construir marcas globales. Actualmente dirige estrategia y operaciones para el equipo de Industries Marketing en Salesforce. Previamente, dirigió iniciativas de programas de marketing de contenido en GE Digital y construí cuatro equipos diferentes de marketing en el proveedor de webinar BrightTALK. Kathryn tiene un bachillerato en historia y biología humana de Stanford University. Una devota a las artes, Kathryn disfruta de la coreografía de bailes de bodas, caminar en museos de arte, y planear su siguiente aventura de viaje. Al siguiente: Egipto… algún día…