Fe Frente al Conflicto
En el mundo de hoy, no puedes pasar un día sin leer, mirar o ser personalmente afectado por un conflicto. Nuestro mundo está palpitando con ira, confusión y preguntándose qué hacer a continuación. No hay una sola clase o raza que esté exenta de esta constante temporada de conflictos. Todos estamos afectados, lo reconozcamos o no.
Entonces, ¿cómo, siendo cristianos, se supone que debemos enfrentar el conflicto y la confrontación cuando corren hacia nosotros, listos para la batalla? El conflicto no se limita a una crisis transmitida en las noticias. El conflicto usa muchos sombreros, y puede aparecer en escena en tu familia, con tus amigos y con aquellos con quienes trabajas.
“¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?” – Santiago 4:1
Aunque hay causas legítimas y necesidades para el conflicto, también hay muchos casos en los que estamos en guerra unos con otros por razones que ninguno de los dos entiende. En esas situaciones, ¿cómo respondes? ¿Críticas y discutes, o se rinde y juega pacificadora? ¿En qué momento dices “¡Basta!” y tiras la toalla?
En el corazón de la lucha global con el conflicto está el delicado acto de equilibrio de los límites y el respeto. Muchos de nosotros preferimos vivir nuestras vidas y no “meternos en ello” con la última conmoción, pero habrá momentos en que no sea una opción. ¿Cómo te preparas para esos tiempos?
Antes de entrar en el tema de tratar el conflicto como mujeres cristianas en el lugar de trabajo, piense en su propia experiencia con el conflicto:
- ¿Eres lenta en enojarte, o revientas a la más mínima molestia e inconveniencia?
- ¿Cómo se manejaron los conflictos y la ira en tu casa desde tu niñez?
- ¿Hay un compañero de trabajo o gerente en particular que te molesta más que otros?
- ¿Cómo maneja su lugar de trabajo los conflictos entre los empleados?
- ¿Has perdido una amistad por un conflicto, grande o pequeño? ¿Alguna vez has intentado reconciliar una amistad perdida por un conflicto?
Aunque podemos ponernos bonitas como mujeres cristianas, ninguna de nosotras es inmune al conflicto. Mientras el pecado esté en el mundo, enfrentaremos conflictos en nuestras vidas. Pero Dios nos ha equipado de manera única como cristianos para ser una fuerza de paz y luz en medio de un mundo lleno de conflictos.
Este mes, estamos ansiosas por ir mas allá con este tema oportuno y escuchar a otros que han lidiado con conflictos en sus vidas personales, en sus vidas profesionales y en sus vidas espirituales. El conflicto no discrimina. Se infiltrará en todas las áreas de tu vida, si lo permites. Únase a nosotros este mes mientras aprendemos cómo aferrarnos a nuestra fe y entrar en conflicto y confrontación no con el objetivo de tener la razón, sino con el objetivo de lograr la paz.
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