¿Soy lo suficientemente bueno?

¿Soy lo suficientemente bueno?

¿Soy lo suficientemente bueno?

 

 

Ese título es uno cargado, ¿verdad? Preguntándose si eres lo suficientemente bueno es un pensamiento que todos tienen, sin importar tu género, raza o estatus social. Todos nos preguntamos si nuestras habilidades coinciden con nuestra ambición. Seguro que a todos nos gustaría ser líderes estelares de equipos tremendamente exitosos y dejar atrás trayectorias profesionales que otros venerarán en los años venideros. Pero luego salimos de las nubes y regresamos a la tierra bajo el peso de las dudas y la sensación de inadecuación.

 

 

 

¿Quién, en tu mente, es un gran líder? ¿Qué persona en tu vida, o en el pasado, sirve como su ejemplo de lo que parece ser un líder eficaz y de alto rendimiento? Esta persona puede cambiar a lo largo de su vida, pero todos nos sentimos conmovidos por una persona verdaderamente impactante en un rol de liderazgo en algún momento de nuestras vidas. Estas personas se plantan en nuestro camino para servir como pastores y guiarnos en convertirnos en la persona que estamos destinados a ser.

 

 

Entonces, ¿eres esa persona para alguien? ¿Quieres serlo?

 

 

 

“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.” – 2 Timoteo 2:15

 

 

 

Gracias a la fascinación de nuestra cultura por el éxito y su definición sesgada de lo que es una persona lograda, hemos desarrollado roles de liderazgo para ser algo aterrador y reservado solo para los humanos asombrosamente perfectos. ¡Eso no podría estar más lejos de la verdad! Un líder es alguien que ha reconocido un destino al que debe dirigirse y ha elegido construir a quienes le rodean en una unidad fuerte que pueda avanzar juntos. Sin fanfarrias, sin un alto perfil instantáneo, y no hay elogios al instante cuando alguien asume un rol de liderazgo. La mayoría de los líderes hacen su impacto en silencio, algo que muchos de ellos prefieren.

 

 

 

¿Cómo respondes cuando sientes el llamado a una posición de liderazgo? ¿Miras rápidamente para otro lado? ¿Haces una lista mental de todas las razones por las que no puedes aplicar para esa promoción? ¿Te enojas con Dios por haber puesto una oportunidad de liderazgo ante ti varias veces cuando sabes que no estás calificado?

 

 

 

Únete a nosotros este mes mientras hablamos del liderazgo y de todas las formas en que pueden aparecer en nuestras vidas. Nuestra esperanza es que pasen estas próximas semanas quitando lo “miedoso” del liderazgo y comiencen a verlo por el maravilloso regalo que es.

 


 

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