¿Es la Abundancia Algo Malo?

“Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.”

LUCAS 6:38

¿Que significa la abundancia para ti? ¿Lo ves como una medida o una meta? ¿Es algo que te motiva o es algo que tratas de evadir?

Este mes, queremos discutir acerca de la mentalidad de escasez y cómo impacta nuestra habilidad de ser agradecidos. ¿Cual es la mentalidad de escasez? Piénsalo de esta manera: siempre te sientes como que nunca tienes suficiente. No tienes suficiente dinero, suficientes amigos, suficientes cosas materiales. Miras los logros como insignias de honor que tu y solamente tu puedes lograr y acumular. Tienes resentimiento cuando otros tienen más de lo que tú tienes o tal vez hasta cuando te ayudan a lograr algo. La idea de compartir te tira de onda.

Si somos honestos, todos tenemos momentos en los cuales caemos presas a la mentalidad de escasez. Codiciamos y resentimos a otros por sus logros, y “deseamos” que pudiéramos lograr lo que aquel-y-aquella hicieron. Es un sentimiento básico qué los anunciantes usan para casarnos todos, especialmente en esta temporada de año.

¿Entonces que es lo opuesto de una mentalidad de escasez? Una mentalidad de abundancia. Creer que tienes todo lo que necesitas y ser agradecidos por lo que tienes en tu vida. No tienes envidia; celebras. Das de ti misma y de tus posesiones para que otros puedan sentir la misma gratitud que tu sientes. Cada día y cada logro o posesión es un regalo de Dios, en tus ojos, y óperas desde una fundación de siempre querer ser un buen mayordomo de todo lo que se te a dado.

¿Como ignoramos esa mentalidad potente de la escasez y pasamos a le libertad de un corazón agradecido? ¿Como protejamos nuestros pensamientos y acciones, especialmente durante los días festivos, para enfocarnos más en lo que podemos dar a los que están a nuestro alrededor en vez de pensar en lo que podemos obtener para nosotros mismos? Únete a nosotros este mes al que caminamos por este tema oportuno y preparamos nuestros corazones para ser un testamento de la bondad de Dios en vez de un poso de codicia de pánico.